Baklava

El primer baklava de la historia difiere mucho del actual. Al principio eran varias capas de una gruesa masa de pan con nueces en medio, y era un postre que solo se podían permitir las clases acomodadas de la antigua Mesopotamia, pero gracias a los mercaderes griegos que la llevaron a su país, el baklava se empezó a considerar como lo conocemos hoy pues fueron estos los que gracias a nuevas técnicas en panadería crearon la pasta filo, consiguiendo perfeccionar este delicioso dulce. Que lo aprovecheis, no os defraudará.

Grado de dificultad: Medio
Tiempo de preparación: 1 hora y 30 minutos + 2 horas
Cantidad: 12 raciones

Ingredientes:

• 12 hojas de pasta filo
• 300 g. de nueces
• 200 g. de almendras
• 150 g. de pistachos
• 100 g. de piñones
• 400 g. de azúcar
• 5 cucharaditas de canela
• 200 g. de mantequilla
• 200 ml. de agua
• 5 cucharadas de agua de azahar
• La corteza de un limón

Preparación:

Mezclamos todos los frutos secos y los trituramos, pero solo un poco, deben tener el tamaño de los granos de pimienta. Una vez que los frutos secos tienen un tamaño similar entre ellos se ponen todos juntos en bol y se les añade 200 g. de azúcar y 3 cucharaditas de canela. Mezclamos bien y reservamos.

Cuando tengamos el relleno preparado, fundimos la mantequilla hasta que quede totalmente líquida y entoncés ya podemos empezar a manipular la pasta filo. Es importante que tengamos la pasta fillo cerrada hasta el momento de usarla porque se reseca enseguida y se puede romper.

Sobre una bandeja apta para horno ponemos la primera hoja de pasta filo, con un pincel la untamos con la mantequilla y ponemos otra hoja encima y volvemos a pincelar con mantequilla, y entonces ponemos sobre las hojas de pasta filo una fina capa del relleno (los frutos secos). Ponemos sobre los frutos secos otras dos capas de pasta filo untando cada una con mantequilla igual que antes y encima ponemos el relleno. Seguimos poniendo capas sucesivamente para acabar con dos capas de pasta filo con también untaremos con mantequilla. Dejamos enfriar en el frigorífico durante 30 minutos.

Pasado este tiempo, lo sacamos del frigorífico y, con un cuchillo bien afilado, lo cortamos en cuadraditos o en rombos de unos 4x4 cm. Entonces lo metemos al horno precalentado a 190ºC durante 30 minutos con calor por arriba y por abajo.

Mientras el baklava está en el horno, preparamos un almíbar con los 200 ml. de agua, 200 g. de azúcar, 2 cucharaditas de canela, la corteza de limón y el agua de azahar hasta que coja consistencia.

Cuando el baklava esté listo, lo sacamos del horno y lo bañamos con el almíbar. Lo dejamos enfriar un par de horas antes de comerlo.

Fuente de la receta: Recetas de rechupete